Como cada año, en
primavera nos encanta planear escapadas, salir a tomar algo, dar paseos…Que nos
gusta el solecito en la cara, vamos. Y es que todas ansiamos coger un poco de
color y dejar atrás ese poco favorecedor color blanquecino.
Foto cortesía de Clarins
Sin embargo, debemos
tener cuidado porque disfrutar del astro rey puede pasarnos factura. La
Asociación Española Contra el Cáncer advierte que el rápido aumento del
melanoma en países desarrollados desde los años 50 está relacionado
directamente con la exposición solar por motivos estéticos y de ocio. La buena
noticia es que se ha avanzado mucho y cada vez estamos más concienciadas sobre
la importancia de proteger nuestra piel al exponernos al sol.
Y es que no solo pensamos en el
modelito para la terraza sino que solemos preocuparnos también por el protector solar. ¿Cómo sabemos cuál
escoger? Existen varios factores que hay
que tener en cuenta: tipo de piel (blanca, sensible, oscura, muy oscura), la hora de la exposición –siendo las mejores
las primeras de la mañana y las últimas de la tarde- y nuestra ubicación (cada 300 metros que
ascendemos sobre el nivel del mar, la atmósfera pierde un 5% de su capacidad de
filtro).
Otra pieza clave es
el número del SPF. Es lo que más destaca en cada bote pero lo cierto es que no
todas conocen su verdadero significado. “Este número indica el aumento del
tiempo que la piel tiene sin quemarse. Por ejemplo, un SPF 15 aumenta en 15
veces el tiempo de exposición solar que la piel ‘natural’ tendría sin quemarse”, me explican desde la Unidad de Medicina Estética de Clínica Armonía (c/Velázquez, 46.
Madrid).
¡Mucho cuidado con
abusar! Tomar el sol es como el running,
hay que iniciarse poco a poco. El primer día debemos exponernos un máximo de 15
minutos e ir aumentando en 10 minutos cada día, evitando las horas del
mediodía. Si seguimos esta pauta, a los 10 días el cuerpo ya podrá soportar el
sol dos horas máximo.
Foto cortesía de Clarins
¿Con cuánta
frecuencia hay que echarse la crema? Los expertos de la Clínica Armonía aconsejan cada 2-3 horas
y más aún en escote, mamas, cuero cabelludo, hombros y rostro porque son las
zonas con la dermis más fina. No obstante, la frecuencia también está
condicionada por el número de baños, el roce con toallas y la alta sudoración porque
eliminan parte del filtro, lo que causa que haya que aplicar la crema más a
menudo.
Es muy amplia la
oferta de productos que nos ayudan a tomar el sol sin riesgo y son muchas las
fórmulas disponibles, pero lo mejor es optar por la textura que sea la más adecuada para
cada una de nosotras porque un producto que se adapte a nuestra piel se aplica más fácilmente, se
absorbe mejor y, por lo tanto, es más eficaz. La Clínica Armonía señala que la
piel seca necesita texturas hidratantes en crema, las grasas y mixtas funcionan
mejor con un gel y los sprays son funcionan muy bien en los hombres con vello.